- ¿Qué pasó?.- pregunté cuando lo vi con ese rostro extraño. No era propio de él
- Nada.- respondió evitándome
- ¿Entonces?.- insistí.
- Solo he decidido que es lo que quiero hacer.- hizo un gesto despreocupado con sus hombros
No era solo porque sí que había tomado esa desición y algo en mí lo gritaba con fuerza. No éramos un matrimonio real...aunque a veces lo pareciera, pero había aprendido a conocerlo. Y hoy, por primera vez dentro de este poco tiempo, no era el mismo Edward que volvía a casa... Me acerqué lentamente a él y me puse de puntitas para ver qué tanto observaba dentro de ese cajón que siempre mantenía con llave.
Solo ver esa imagen, hizo que la comprensión me diera de lleno. Ahora entendía el afán que traía de salir de este lugar y me acongojó.
- ¿P-por qué no hablas conmigo?.- me esforcé por decir de manera pacífica